Kenzia Cristodan
¡Uf! Aún falta mucho por subir en estas escaleras. Así pues, permíteme felicitarte por cómo te deshiciste de los escorpigloditas y sus esbirros. Si yo fuera un trovador, habría compuesto una canción para vuestra gloria, pero bueno, tu estabas ahí presente, no hay necesidad de volver a abordar este evento.
Después de varias horas a través de un interminable laberinto, nos encontramos frente a una puerta cerrada con llave.
Hmm... Sí, sé que vives la misma aventura que yo, pero a veces decir en voz alta lo que uno vive me permite tener un punto de vista externo.
Mirando cuidadosamente las huellas en el suelo, se puede deducir que Jacomo y el resto de mi equipo están detrás de este último obstáculo. ¿Cómo lograron abrir este portal? La solución debe estar en alguna parte.