
Mahir Harbing
Mientras exploraba la vieja morada del Soto de la Montería, topé con una encantadora dama de cabellos rojizos. ¡Y qué bien olía! Pero ya me imagino que no has venido a escucharme hablar de muchachas a las que he conocido durante el trabajo. Te sorprendería lo mucho que fascina la arqueología a las mujeres. Me acuerdo aún de que mi abuelo Taimel me contaba que en Posada de la Avalancha lo recibían siempre como a un héroe. En aquel entonces, Maliken era un puerto pequeño e insignificante. Cómo ha crecido el asentamiento desde su fundación... ¿Conoces el origen de su nombre?